¡Seamos realistas, pidamos lo imposible!

Habrá un tiempo en que la guerra no sea más que un cruel anacronismo, habrá un tiempo en que cada persona entenderá su cualidad de igual con cada uno de sus vecinos, habrá un tiempo en que el hecho de que las cosas sean de una forma no impedirá que puedan ser de otra, habrá un tiempo en que sabremos la importancia de nuestros actos como motor de la sociedad, habrá un tiempo en que esta sociedad encontrará su objetivo y dejará de matarse sin motivo.

En melancólico entusiasmo recuerdo la inmortal frase de Charles Fourier, “Soyez réalistes, demandez l'impossible”. Pidamos aquello contra lo que fuimos vacunados, exijámoslo; en cuanto cobramos conciencia de nuestra existencia, de nuestra importancia, somos bombardeados con miradas condescendientes y palabras “de aliento”, se nos dice que es normal nuestro espíritu cambiante, nuestro espíritu creador. Se reafirma que ya pasará y las muestras a nuestro alrededor no indican caso contrario. -Espera a estudiar la carrera, consigue las herramientas para construir una estructura sólida, mantente inmerso en el sistema ya que no hay otro camino. Crea una vida y después, si se puede, preocúpate por cambiar tu realidad.

¡Carajo!, si se puede. Podría hablar de la selección Sub-17, de los mexicanos aguerridos que logran lo que se proponen, de nuestros artistas reconocidos, de los empresarios con conciencia social, de la religión –bien usada- como factor de equidad, de muchas y muchas imágenes que simplemente no interiorizamos o no hemos querido hacer nuestras.

No pido que empuñemos las armas o provoquemos rencor, pido un cambio, un cambio que es indispensable, un cambio que habrá de venir de nosotros los jóvenes, un cambio en nuestra vida que sea coherente con “el otro”, que respete el medio ambiente y a nuestro futuro. Primordialmente nuestro futuro. Mañana no habrá nada a menos que, ladrillo a ladrillo, cambiemos esta mierda de mundo.