The Big Taco

Tanta información en Internet que un poquito mas no hará dañó, y si es inutil e insulsa mejor...

Tuesday, January 24, 2006

El Centro.

Llegando a mi departamento después de un viaje hacía el centro histórico de la Ciudad de México en compañía de mis dos entrañables amigas, Isabel y Elisa, me encuentro con ese sabor de boca que te deja una experiencia nueva y enriquecedora; con esas ganas de platicar con el mundo y expresar como te sientes de redescubrir un fragmento del espacio en el cual día a día transcurren las vidas de miles de personas, siempre de frente y sin apreciar los sabores, sin distinguir las tonalidades y combinaciones que le dan su fuerza a la creación humana.

El edificio el Museo Nacional de Arte es ensordecedoramente bello, la plazoleta y el caballo de bronce que se alzan justo en frente, el edificio de correos que trata de emparejar simétricamente esta esplendida imagen no le piden nada al Palacio Real de España. El ir y venir de los citadinos con sus grandes abrigos y acongojados gestos es como una película en alta velocidad, que nos permite detener el tiempo entre líneas y desgarrar trozo a trozo la humedad del clima y el olor a avellanas que proviene más de un recuerdo que de una esquina cercana.

A sólo algunos pasos se encuentra el tradicional Café de Tacuba, con esos fragmentos de talavera y una puerta por la que pareciera nunca transcurrir el tiempo. La amabilidad de sus concurrentes y esa sensación de que la historia no te necesita durante un instante, de que la realidad se encuentra presente en ese lugar, y nada más.

Cómo no enamorarse de ese pequeño hueco, donde el gris es un retazo de memorias, de historia y vida.

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