Puerto Escondido...

Regresando de tan paradisiaco lugar me acomodo en la suave comodidad de mi computadora. Muchas anecdotas que recordar (y escribir pa' no olvidar). Los trayectos estuvieron soportables y el chofer con su musica cumbia patinando por las carreteras no serían un obstaculo para saborear plenamente nuestra estancia.

Ahora que soy el niño PROFECO por mi constante paranoia en cualquier restaurant.bar.tienda.loquesea. (Entre las tantas cosas que me ha regalado el Distrito, esta fijación en la cuenta es de las más evidentes.) Puedo ver que existen lugares donde la gente simplemente es buena, simplemente vive y deja vivir, pero más importante, hay lugares donde se puede cohexistir sin dejar de ignorar la presencia del otro. De evitar este acoso al projimo y enfrascarse en un buen libro. (La suspensión política de la ética, por ejemplo)....

I'm taking a shower; my hamster does not deserve this...