New Years Eve
Cuando empecé a escribir el blog era una persona hartamente distinta. Recién me había mudado al Distrito, tenía una personalidad y metas diferentes. Ahora he perdido pelo, tiempo, dinero y sólo he ganado un poco de peso. No me estoy quejando, por el contrario, he encontrado, consolidado y reanudado buenas amistades, he encontrado el romance en personas distintas a mí, distintas entre ellas y distintas a todas. He empezado nuevos proyectos y terminado muchos de ellos. Los ojos se me han abierto a aquella luz que ciega, que te dice que no te debes de comer el mundo a puñados, que debes de saborear por partes, incoherentes y asonantes.
Dentro de todos estos descubrimientos, mis descubrimientos, encontré una veta de escritor que si bien todavía esta tierna y perdida, esta ahí. Estoy escribiendo mi primera novela y uno que otro cuento. Trabajo para reformar mi mal hábito de escribir acerca de escribir en lugar de ponerme a hacerlo. Empiezo a poner el sujeto antes del predicado y disfruto la gota de rocío que me proveen sus labios.
Me río de ver aquello que me agobiaba hace algunos meses, años quizá, de las excusas plenamente racionales que fungían como escudo y del impetuoso deseo de caminar por el agua donde ni agua había.
Agradezco, de corazón, a todos ustedes, que hicieron posible estos dos años, sus mensajes y su tiempo, agradezco a todos aquellos que se despidieron suspirando y recordando, no es más que un blog, pero es nuestro blog.