Aclaracion.
http://marcelotorres.wordpress.com
Ojalá entren, espero que sea un buen heredero de este espacio y se refresque en forma y contenidos. Comments expected.
Saludos.
Tanta información en Internet que un poquito mas no hará dañó, y si es inutil e insulsa mejor...
Escribir se había vuelto difícil. Desde hacía unos días, aproximadamente 8 de ellos, las ideas atravesaban su cabeza de forma viscosa, un amoratado engrudo café detenía emociones, relaciones y pensamientos.
Me siento frente a la computadora con muchas ideas en la cabeza, la primera tiene que ver con mi más reciente visita a Gandhi, la librería que pugna por el precio único. El que ellos quieran.
El segundo tiene que ver con la idea que tengo de solucionar el mundo, empezando por los Valet Parking. Expresado grosso modo, cada vez que dejo mi automóvil en manos de estas empresas me veo despojado de alguna parte de mis pertenencias, desde discos hasta los audiófonos de mi Ipod, pasando por morralla y chucherías.
Ante la gandayés de los conductores, que solían reclamar objetos que nunca estuvieron, ahora las empresas te instan a reportar todos los artículos de valor, provocando que el chamaco enchalecao’ te robe todo aquello que no valga lo suficiente como para que te tomes tu tiempo en declararlo. As easy as that.
Si nos vamos de 5 en 10 pesos por coche, multiplicado por un 1% de los tres millones de coches que circulan en el Valle de México estamos hablando de 225 mil pesos por día, ¿o será semana?, anyway es un problema que creo deberá ser solucionado. Si fuera mensual estamos hablando de más de dos millones y medio por año. Me cae que ni en robos a bancos.
Dentro de todos estos descubrimientos, mis descubrimientos, encontré una veta de escritor que si bien todavía esta tierna y perdida, esta ahí. Estoy escribiendo mi primera novela y uno que otro cuento. Trabajo para reformar mi mal hábito de escribir acerca de escribir en lugar de ponerme a hacerlo. Empiezo a poner el sujeto antes del predicado y disfruto la gota de rocío que me proveen sus labios.
Me río de ver aquello que me agobiaba hace algunos meses, años quizá, de las excusas plenamente racionales que fungían como escudo y del impetuoso deseo de caminar por el agua donde ni agua había.
Agradezco, de corazón, a todos ustedes, que hicieron posible estos dos años, sus mensajes y su tiempo, agradezco a todos aquellos que se despidieron suspirando y recordando, no es más que un blog, pero es nuestro blog.
Estacionando el auto fue cuando se dio cuenta que ya no podía sentir. No es que sus terminaciones nerviosas estuvieran atrofiadas, tampoco que su medula ósea hubiera dejado de tratar con el encéfalo, no podía sentir con su corazón. Hasta esta última idea le causó pensamientos encontrados, demasiado cliché para ser sincero, demasiado directo para referirse a su lado emotivo.
Toda la noche pasó en un abrir y cerrar de ojos, como memorias a cuadro que no tienen porque tener coherencia, pum, en el automóvil buscando la fiesta, pum, sirviéndose una cuba libre, pum, tambaleando mientras busca una canción en la computadora, pum, ¿dónde está?.
Pum. Frente a su casa, charlando de flagelos pasados como quien cuida un cachorro que se encontró por error mientras tiraba la basura después de una fiesta, recriminándose, ambos, no tener memoria ni autogobierno, no ser capaces de separar su lado brutal de la tersa farsa que montan de lunes a viernes, esperando a que alguno de los dos diga que no puede más, que esta harto de tratar de entender la rotación de los planetas y el acomodo de sus pudores en ese pornográfico idilio. No más.
En instintivo maneja su auto, toma el camino que la rutina le dice que ha de evitar, es decir, toma la calle que ha aprendido a despreciar, la calle que representa el caos de la ciudad. -Es domingo, el tráfico no habría de ser un problema.-Es la excusa que se da cuando nota que transita por enfrente del Vips donde juró no volver a verla, donde prometió enamorarse día a día para evitar amar de verdad, que afán de esta sociedad de creer en una figura tan lejana como abstracta, y cara.
Alto total. Ni siquiera la patrulla que se encuentra a su lado hace por mover tantos coches, es como si todos supieran la causa. Unos metros más adelante un loco romántico estrella su automóvil contra el poste de la escuela en la que curso su secundaria. No suenan las bocinas, algunos incautos bajan al asfalto tratando de ver por entre las filas si la espera será cuestión de horas o de minutos. Otros, como nuestro amigo, toman el periódico con cierto tedio esperando que nadie les moleste, que si han de obligarle a esperar bajo el sol con vecinos por completo ajenos, por lo menos no busquen una sonrisa o cualquier señal de consentimiento.
No toma demasiado tiempo, es más, para cuando se da cuenta que la fila avanza, ya es hora de aventar el papel y hacer el cambio en la palanca. Segunda, tercera, quinta. No podríamos saber porque acelera de esa manera, no tiene que llegar a ningún lado, es como una forma de rendirle tributo a aquel occiso que entrego su vida para hacerle el domingo menos común, para agregarle algo a ese día que pensaba no tendría ninguna relevancia.
Así fue que llegamos al garage. Con el motor apagado y las manos en el volante, disfrutó de la contradicción que emergía en su cabeza. Ni la fiesta, ni la pelea, ni la muerte ajena traspasaron su piel, no le importaba la diversión o el enfado, nunca más tomaría ese camino de regreso a casa. Falta ver las consecuencias, un domingo cualquiera se vuelve cámara de introspección a causa de eventos incoherentes.
–A la próxima me voy por Insurgentes. –Y subió al elevador.
Hay días en los que despierto con ganas de escribir ciencia ficción, de imaginar mundos distintos con guiones bien pensados, de acomodar cada pieza en su lugar de modo que la historia sea un completo azar. Hay momentos en los que imagino el día sin el constante dolor en los ojos, con una sonrisa de par en par y el comentario adecuado para cada ánimo. Hay segundos en los que lo único que se me viene a la mente es dividir el mundo en 234.5 piezas. Cada una exactamente igual a la otra. Proveerles de distintos medios y darles libre albedrío. Regresar después de unos 65 millones de años y burlarme de la evolución con todo su juego de dados. Hay un tiempo en el que no puedo pensar en otra cosa, casi siempre no.
Andrés Manuel López Obrador advirtió que debido al supuesto fraude electoral, el presidente electo, Felipe Calderón Hinojosa, tendrá que andar siempre en helicóptero y rodeado de “guaruras”. +infoAMLO es hoy en día un ciudadano como todos nosotros. Si bien es cierto que representa las aspiraciones de una gran mayoría de la sociedad, él no esta por encima de nadie. Mucho menos de la ley.
El notable número de sonrisas que habían flotando por el aire, no se si se debe a la falta de exámenes, a un día más bien fresco que se presta a abrazos y caricias, o de plano a un virus que se insertó en la sociedad.
La lluvia que, después de mentarle la madre al camionero que me dejó lejos de la parada, sirve para refrescar y demostrar por contraste lo opaco del concreto con sus maquinas de hierro que aíslan a la sociedad.
Las caras de extrañeza de las personas al llegar a Chedraui más mojado que un perro y con un conato de poema en la cabeza.
La manzana que comí después de 3 años de no hacerlo (tenía braquets), poder disfrutar de su jugo y su carnosidad, enterrar los dientes en aquella fruta de deliciosa tersura.
Llegar a mi casa sin entender porque no puedo dejar de sonreír, confundir a la vecina con un “buenas noches”, que más parecía decir “estoy feliz, que gusto encontrarle”.
Disfrutar de las letras de Oasis que, si bien no entiendo en toda su extensión, saben armonizar con melodías de azul, de océanos expectantes.
Al recibir el segundo mensaje supo que sería una aventura interesante, no tenía ninguna expectativa cuando tuvo contacto con ella la primera vez, él omitía hablar de aquella chica que en realidad le interesaba, esa era la clave para entender sus enamoramientos repentinos. Nunca fue para nadie un secreto que se nuestro juglar se enamoraba en cuanto pueblo cruzaba. Sería común encontrarle declamando un poema y discutiendo las verdades relativas que nos permite el amor. Hablaba de cuanta mujer se atravesara por su andar como si fuera la única, y lo era. Esta sin embargo era distinta, era osada, era traviesa, era lo suficientemente segura de si misma como para tomar la estafeta y correr en sincronía. Su sonrisa no ocultaba el reto, siempre tentadora se comportaba como aquella que te pide que corras desnudo hasta el mar mientras ella termina su cerveza, habrá de acompañarte en un minuto.
Lástima que un romance tórrido no sea elemento de una infidelidad, que no haya relación causal ni necesaria. Lástima que no le importe, el agua no está tan fría.